Desde 1872, cuando Merry Delabost inventó la ducha para garantizar una buena higiene para las prisiones, esta ha estado presente en la vida de las personas y, hoy en día, se ha convertido en un artefacto indispensable para los baños de los hogares. En este artículo te contamos los beneficios y diferentes tipos de ducha, como la ducha eléctrica, y las razones por las que, quizás, deberías plantearte incluirla en lugar de la bañera.
Beneficios que te da la ducha
Tal vez, nunca antes te habías planteado si algo tan cotidiano y rutinario como el momento de la ducha podría traer beneficios más allá de la higiene. La verdad es que ducharse implica mucho más que solo sentirse limpio y existen muchas más razones positivas para incorporar la ducha en nuestro baño.
Para empezar, dependiendo de la temperatura del agua, podemos obtener diferentes beneficios. Si el agua de la ducha está caliente, el vapor y el calor pueden aliviar dolores y ayudarte a liberar toxinas. También, mejora el flujo sanguíneo del cuero cabelludo y da un aspecto más brillante al pelo y la piel. Cuando el agua está tibia, esta puede mejorar los síntomas de depresión, estimular el sistema nervioso central y promover la liberación de endorfinas.
El agua fría, por su parte, mejora la firmeza de la piel, aumenta la posibilidad de la quema de grasa corporal, fortalece el sistema inmunológico, activa la circulación sanguínea y despeja la mente y activa el cuerpo. También se puede alternar las temperaturas junto con la presión del agua para lograr, mediante el contraste, que el agua tenga un efecto terapéutico. Este tipo de duchas se denominan duchas escocesas.
Además, independientemente de las diferentes temperaturas del agua, la ducha está asociada con una mejora en los niveles de energía, en el estado de ánimo, combate la ansiedad, la fatiga mental y brinda placer y bienestar inmediato.
Con respecto a la distribución del baño, la ducha es una gran aliada a la hora de ahorrar y utilizar eficientemente el espacio, ya que no se necesita mucho lugar para colocarla. Incluso, es fácil de instalar y puede representar un gran ahorro de dinero si se está construyendo un baño, lo que la convierte en la opción ideal para baños pequeños y económicos.
¿Qué tipos de ducha existen?
Existen muchos tipos de duchas para baño en el mercado y, al igual que el resto de artefactos en tu hogar, se deben tener en cuenta todas las opciones para poder elegir la que mejor se adapte a tu espacio.
Tenemos la ducha fija, el modelo más simple y común, que permite que el agua caiga en forma de lluvia sobre la cabeza. Este tipo cuenta con muchísimos modelos que permiten regular el flujo del agua.
También está la manual, que tiene un cabezal móvil que la persona puede dirigir a donde quiera. Y, si no te decidís, existe la que combina fija y manual, que usualmente se trata de una móvil con capacidad de adherirse a la pared para convertirse en fija.
Las de cabina, por su lado, son aquellas en las cuales la ducha y el desagüe se encuentran delimitadas por una estructura cuadrada que puede ser de vidrio o una mampara para duchas.
Las de hidromasaje cuentan con un sistema completo que integra rociadores instalados en el techo y los laterales para relajar los músculos. También están las inteligentes, que poseen sensores que localizan la posición de la persona para enfocar el chorro correctamente y una pantalla táctil que permite configurar la temperatura, la cantidad de agua y regular el tiempo de la ducha.
A la vez, hay duchas eléctricas: dispositivos que se conectan a la salida de agua y son capaces de calentarla a través de la energía eléctrica. Por último, tenemos las duchas de exterior, que pueden ser de cualquiera de los tipos anteriormente mencionados, solo que colocadas afuera. Son ideales para ducharse antes y después de meterse a la pileta.
Ducha vs. baño: ¿cuál ahorra más agua?
El consumo de agua es un elemento muy importante a la hora de decidirse por una bañera o una ducha, y si te estás preguntando cuál es la que ahorra más agua, puede que la respuesta te sorprenda.
Una bañera llena, dependiendo del tamaño, puede necesitar hasta ochenta litros de agua. Eso es más que el doble del agua necesaria para una ducha de diez minutos, sin tener en cuenta el gasto energético que supone calentar el agua. Esto significa que, limitando el tiempo de las duchas y manteniéndose dentro de los diez minutos, se puede ahorrar hasta el cincuenta por ciento del agua que suele utilizar un baño.
Otra opción a considerar si se quiere ahorrar agua, es la ducha ecológica. Esta funciona mediante la reutilización de aguas grises, es decir, agua de uso diario como la que se usa para lavar la ropa o los platos y pueden ahorrar hasta un noventa por ciento de agua.
¿Cómo limpiar una ducha en profundidad?
La limpieza de la ducha, aunque acostumbremos a postergarla, es necesaria y no es tan difícil ni lleva tanto tiempo como parece. Solo se debe empezar por enjuagar los azulejos, el piso y las paredes con agua caliente durante unos minutos. Esto va a eliminar la suciedad superficial y va a expandir los poros del material para que sea más fácil limpiarla.
Luego, limpiamos el cabezal y las canillas de la ducha. Esto puede hacerse fácilmente sumergiendo estas piezas en un recipiente con vinagre o detergente y así se eliminará el sarro acumulado. Si las canillas y el cabezal no pueden sacarse de la pared, con una esponja podemos pasar la solución hasta que estén limpios.
Para las uniones de los azulejos, la lavandina es el producto ideal. Aplicamos el producto, lo dejamos actuar por unos minutos y con un viejo cepillo de dientes, comenzamos a limpiar. Por último, hay que destapar el desagüe de ducha. Para esto, aplicamos destapa cañerías o una lavandina en gel, esperamos unos minutos y enjuagamos con abundante agua.
¡Despedite de la bañera!
Como ya viste, la ducha no solo es un elemento indispensable para los baños de los hogares, sino que, también, tiene muchísimos beneficios además de mantenernos limpios, como mejorar nuestro estado de ánimo y nuestra salud. Así que, si estás pensando en construir o remodelar tu baño, vale completamente la pena animarse a reemplazar la bañera por una ducha.